La terapia sexual se centra en el estudio, comprensión y cultivo del sexo como valor de cada uno en referencia al otro. El marco de la terapia puede ser tanto individual como en pareja y para ello es necesario la ayuda de un sexólogo profesional.
La terapia sexual individual tiene como objeto principal el asesoramiento en las dificultades sexuales en el proceso de la identidad sexual, la orientación del deseo y las formas de relacionarse con los otros. Para ello, nos vamos a centrar en la biografía del sujeto para entender el proceso de sexuación que lo ha llevado al momento actual, y de ahí superar las dificultades y las dudas que se presentan. Las más frecuentes son:
- Identidad y transexualidad
- Orientación del deseo
- Peculiaridades eróticas como, por ejemplo, el fetichismo o el BDSM
- Cambios vitales como la pubertad, la maternidad o la vejez
- Formas adaptadas de iniciar, mantener o, en última instancia, romper una relación
- Convivencia, comunicación, celos y control de la ira
- Diferencias en la pareja: expectativas, ritmos, deseos eróticos, formas de expresión
- Cambios en la pareja: maternidad, esterilidad, fecundación asistida, enfermedad física.
La terapia sexual en pareja se centra en la relación sexual de los dos miembros y, por lo tanto, es la relación la que recibe el tratamiento. El arte de amarse de la pareja es el marco teórico de la terapia sexual. Para entender la respuesta sexual humana nos detenemos en el esquema D.E.M.O.R., que explica las diferentes fases por las que pasa dicha respuesta y sus consecuentes dificultades:
1) DESEO: los sujetos se atraen, se desean y se eligen. La principal dificultad que nos encontramos en una pareja de larga duración es la falta de deseo y la pereza sexual.
2) EXCITACIÓN: las obligaciones en el deseo generan actuaciones artificiales y ansiedades por tener un buen rendimiento en la cama. La lógica del deseo no entiende de obligaciones ni rendimientos y, por ello, la principal dificultad es la relacionada con la falta de erección y lubricación.
3) MESETA: duración de la excitación, donde con frecuencia se perciben diferencias en el ritmo de los dos miembros.
4) ORGASMO: la presión por alcanzarlo problematiza la relación y nos aleja del goce. Los problemas en esta fase son la falta de control eyaculatorio o eyaculación precoz y la anorgasmia o la dificultad para alcanzar el orgasmo.
5) RESOLUCIÓN: la insatisfacción tras el fin del encuentro genera dificultades.