info@psicologorubiera.es
605 54 71 81

Blog

Ansiedad: qué es, cuáles son los síntomas y cómo tratarla en psicología

sintomas ansiedad

Un ataque de ansiedad, de angustia o de pánico se manifiesta con diferentes síntomas, entre los que destacan palpitaciones, sensación de ahogo, mareo o incluso miedo a perder el control y volverse loco. 

¿Cómo son los primeros síntomos de ansiedad?

El primer ataque de ansiedad suele darse de manera inesperada, por lo que pilla por sorpresa y con frecuencia uno piensa que está teniendo un ataque al corazón y va al hospital a toda pastilla. Se pasa tan mal en la primera vez que muchas veces se coge un miedo atroz a tener otro ataque de ansiedad y se empiezan a evitar situaciones donde uno no puede escapar de manera inmediata, como ir al cine, conducir, pasar por un puente o incluso estar en un restaurante tomando algo con amigos. Cuando se dan estas situaciones, hablamos de ataques de pánico con agorafobia

¿Cómo se trata la agorafobia?

La primera parte del tratamiento consiste en educar sobre cómo funciona la ansiedad para perder el miedo a tener otro ataque. Las frases que suelen tranquilizar son: la ansiedad no te va a matar, la ansiedad no es peligrosa para tu integridad, un ataque de pánico no suele durar mucho más de diez minutos, es normal tener ataques de ansiedad ya que casi la mitad de la población lo ha tenido en algún momento de su vida. Estas frases suelen calmar la idea de peligro y normalizan una relación más llevadera con la ansiedad.

¿Cuál es el origen de la ansiedad? ¿Cómo tratar la agorafobia?

Algo que suele preocupar mucho es el origen, el porqué de la ansiedad. La ansiedad funciona como un sistema de alerta del cuerpo, de tal forma que cuando algo nos desagrada o nos supera, se van acumulando ciertas tensiones que con el paso del tiempo puede conducir a un ataque de ansiedad en el momento menos esperado. 

¿Qué estrategias hay para afrontar la ansiedad?

Tras la fase educativa de la ansiedad, se suelen usar dos estrategias de afrontamiento para cuando hay ataques de ansiedad. Estas dos estrategias son: la reestructuración cognitiva y la respiración diafragmática

En la reestructuración cognitiva, lo que se busca es desarmar los pensamientos catastróficos que mantienen el circuito del miedo a la ansiedad. Para ello, se identifican los pensamientos irracionales y se intentan sustituir por pensamientos más funcionales. Un ejemplo de pensamiento irracional podría ser: “esta ansiedad me va a matar” y otro de pensamiento alternativo y funcional sería “nadie ha muerto por tener ansiedad, serías el primer caso en el mundo, habría que llamar a los Premios Guinness”. Se trata de quitarle la importancia que no tiene.

respiracion en la ansiedad

La respiración diafragmática es una herramienta interesante para combatir la ansiedad aguda porque es totalmente incompatible con tener un ataque de pánico, es decir, alguien que está respirando bien durante un tiempo prolongado simplemente no puede tener ansiedad. Es paradójico que durante la ansiedad tenemos la sensación de ahogo y es justamente todo lo contrario: nos hiperventilamos cogiendo más aire del que necesitamos. La respiración profunda trata de inhalar aire de una manera lenta hinchando todo el diafragma y de exhalar más aire del que hemos inhalado, de tal forma que nos vamos deshinchando de la hiperventilación de la ansiedad.

Alguien que hace respiraciones profundas y lentas durante unos minutos empieza a notar casi de inmediato cómo la ansiedad va remitiendo. De esto se encarga el sistema nervioso autónomo, que tiene dos vías: el simpático y el parasimpático. Estas dos vías funcionan como una especie de balanza con dos pesos, de tal forma que cuando uno sube, el otro baja y viceversa. El simpático se activa cuando estamos tensos y por eso cuando tenemos ansiedad, el sistema nervioso simpático está activado. Por el contrario, cuando estamos relajados y respiramos profundamente o estamos tomando el sol en la playa, activamos el sistema nervioso parasimpático. Por ello, al practicar la respiración diafragmática, sube el parasimpático, baja el simpático y la ansiedad remite en pocos minutos. 

Después de tener la ansiedad estabilizada, nos dirigimos a enfrentarnos a las situaciones que se han podido evitar por este miedo a la ansiedad. Antes de exponernos a esas situaciones, se hace una jerarquía de miedos, de tal forma que se colocan de menor a mayor miedo las situaciones agorafóbicas. Para hacer la jerarquía, puntuamos las situaciones agorafóbicas de 0 a 10 siendo 0 nada de miedo y 10 el mayor miedo. Imaginaros que queda del siguiente modo la jerarquía: 

  • Hacer cola en el supermercado: 3
  • Montarme en un ascensor: 4
  • Estar en un restaurante con mucha gente: 6
  • Conducir: 7
  • Montar en avión: 9
ansiedad aviones

Teniendo en cuenta la jerarquía, empezaríamos a exponernos de manera progresiva a las situaciones empezando por la que menos ansiedad da, que en este caso es hacer cola en el súper. El objetivo de la exposición es que la ansiedad aparezca y seamos capaces de enfrentarla sin miedo.  Lo más importante es salir siempre de la situación en un estado relajado, para así enseñar al cuerpo que esas situaciones ya no son peligrosas. Se trata de prestar atención a los síntomas de ansiedad, ver que no son peligrosos y enseñar a nuestro cuerpo que estas situaciones ya no son amenazantes y por lo tanto ya no tiene sentido que reaccione así. 

Una vez estabilizada la ansiedad y enfrentadas las situaciones que antes se evitaban, podemos decir que el problema está superado y entramos en la última fase de la terapia cognitivo conductual, que es la prevención de recaídas. En este punto, podemos indagar qué es lo que generó esa ansiedad de inicio. Como hemos dicho, el primer ataque de ansiedad es inesperado, pero no son casuales, por lo que se debe a estímulos desencadenantes o situaciones que precipitan una percepción amenazante de la vida, que conduce a la ansiedad. Explorar con qué conecta la persona cuando se enfrenta a esos estímulos desencadenantes de ansiedad nos da información de cuál es su sistema de valores y actitudes ante la vida. Cambiar esas actitudes que condujeron a la ansiedad será necesario para prevenir futuras recaídas. 

Conclusiones sobre la ansiedad y agorafobia

Dicho esto, la ansiedad es inevitable y todos padeceremos ansiedad en nuestra vida de un modo u otro y con una intensidad variedad, pero lo realmente sanador para la ansiedad no es buscar no volver a tenerla, sino mirarla sin miedo a la cara, enfrentarte con ella, y hacerte el mejor amigo de tu ansiedad, su gran colega. Tu ansiedad viene para informarte como una señal de tu propia esencia que algo en tu vida no marcha como a ti te gustaría y que estamos tan despistados para poder verlo que es necesario que la ansiedad entre en juego. Por eso, cuando venga Ansiedad a visitarte, cierra los ojos, siéntela, dale la bienvenida porque es tú mismo diciéndote al oído por favor, escúchame.